Todas las mañanas en que trabajo temprano, me tomo el 141 al laburo. En un punto del recorrido la voz anuncia "Stoke Newington Church Street" y yo de golpe me hago conciente del olor de la mañana cubierta de rocío, el asfalto húmedo, los árboles de Clissold Park mojados. Recuerdo las rejas empapadas de St. Mary's mientras caminaba volviendo a mi casa, tocándolas con las manos en algunos típicos días de lluvia. Cada vez, recuerdo la sensación de esos días en que éste era mi barrio (Donde empezó todo. Donde distinguía el punto cero de todo y de todos) y sé que voy a volver.