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jueves, 1 de mayo de 2014

Volví a la oficina de Dean esta mañana. Esta en medio de los preparativos de la exposición "The Return of The Rudeboy" pero parece que surgieron algunos problemas. Plata que no llega, cosas que tienen que pagar, y bueno... El se limita a editar las fotos, que son demasiadas. Le pregunté cuantas eran y me dijo: "fotografié 60 modelos... asi que hace la cuenta". Mi respuesta fue "Shit!".
Seguí escaneando mientras escuchábamos musica en Spotify. Elegíamos una canción cada uno. Así estuvimos toda la tarde. Editando, escaneando, tomando té y comiendo galletitas de gengibre, y escuchando música sin parar. Al mediodía vino su novia, Amanda. Paso un ratito solamente. Antes de que llegara Dean hizo un poco de espacio para que ella se pudiera sentar en algún lado. Sacó unos libros que había sobre un sillón, y se volvió a sentar en su escritorio hasta que llegó. Amanda tiene más o menos 35 años, es rubia con el pelo desordenado y largo, y tenía puesto un jean con la botamanga arremangadita como también la usa Dean, y zapatillas azules. Me gustaron sus zapatillas azules. Se sentó en el sillón a comer un sandwich que compró en Tesco, y mientras Dean seguía editando, ella hojeaba una revista y leía los rumores del romance entre Beyoncee y Obama. "Parece que Beyoncee y su marido no tenían anillo de matrimonio, sino que se hicieron un tatuaje, y hace unos días Beyoncee fue a una clínica a removérselo!!" Comentario en twitter de una fan al enterarse del rumor de separación: "oh no! Jay Z and Bey were an example for all of us of how marriage should look like!". Los 3 nos reímos muy fuerte.
Dean le ofreció unos caramelos pero ella no quizo. El insistió. Y ella no quizo.
Después se fue. Dean editaba, y yo escaneaba.
Después me preguntó qué tanta experiencia tengo editando fotos con photoshop, y le mostré mi página web. "You don´t over do it" dijo con aprobación. Guardamos los escaneos en un pendrive y me los llevé conmigo junto con los contactos. Me pidió que empezara a editar las fotos, y que usara los contactos de referencia.
Cuando se hiceron más o menos las 5 de la tarde me fui. Dean me regaló una banana para el camino. Tambien me ofreció una manzana, diciendo que era bueno para mí comer fruta.
Hice algunas notas en mi cuaderno durante el día: Capture 1 / Johny Burnette / Cocteau Twins / Bad Lands.

Me tomé el colectivo y fui directo a The Lexington. Tenia que encontrarme ahí a eso de las 7 con Santiago, íbamos a ver a Coves tocar en vivo. Estaba lloviendo asíque no quería caminar mucho. Tenía los contactos de Dean en mi bolsa de The Kauri Tree. Cuando llegué a The Lexington me di cuenta lo cómoda que me sentía. Todavia tenia que esperar 1 hora a que Santiago llegara, pero yo estaba ahí, sola, tenía un libro a mano, pero no tuve tiempo de leer. Conocí un chico que estaba con sus amigos hacía un par de horas tomando y charlando en los sillones más cómodos del pub. Me pedí una cerveza y me senté con ellos.
La hora pasó rápido. Me mostró fotos que sacó en Noruega con su celular. Me preguntó si podría llegar a ser buen fotógrafo y le dije que sí, pero le recomendé que empezara a usar una cámara de verdad. Jaja.
Llegó Santiago y los chicos se fueron. Comí 2 porciones de papas fritas mientras tomamos cerveza antes de subir al primer piso a ver las bandas. Me aburrí un poco.

La primer banda que tocó me dejó helada y sin poder decir nada. Plastic Mermaids. Eran como 5 o 6 en el escenario. Cada uno brillaba con su instrumento, era un verdadero placer verlos tocar. Las canciones generaban una atmósfera onírica, era como estar dentro de un sueño. Tenían 2 xilofones, que usaban en todas sus canciones. Y el chico que canta, canta despacito, y simple, con los ojos cerrados casi todo el tiempo y las cosas que dice son pura poesía. Lo miraba y deseaba con todo mi ser poder conocerlo, hablar con él, abrazarlo. Quien tiene estas hermosas ideas en su cabeza, es digno de tener en tu vida no?
Igualmente no le hablé. Pude haberlo hecho pero no lo hice.
 

Después tocó Coves. Son 3, y la chica que canta es puro rock. Bailaba y movía los brazos y cantaba con fuerza. Tenía una campera de cuero negra con flecos y un sombrero que voló después de las primeras 3 canciones. Las luces de colores los bañaban completamente hasta hacerlos casi desaparecer en una densa nube rosa. Pero atrás del humo aún se podían ver los flecos de la campera moviéndose sin parar al ritmo de la poderosa batería, y la pandereta golpenado una y otra vez en sus piernas.
 

Para cuando terminaron las bandas Santiago se sentía incómodo, se fue antes de tener que charlar otra vez, y más tarde vino Arturs a encontrarse conmigo. También estaba Nico en The Lexington así que nos fuimos porque la situación era un poco rara. Nos subimos al auto y Arturs empezó a manejar.
Se suponía que me llevaría a casa, los dos teníamos hambre y paramos en un local de kebabs a comprar una porción de papas fritas.
Después yo me colgué en el placer de escuchar música en el auto y Arturs siguió manejando. Me di cuenta que no estábamos yendo a mi casa todavía cuando subimos a uno de los puentes que cruza el río, y medio Londres de un lado, y el big ben y el London Eye del otro. Mientras miraba por la ventana no lo podía creer. Arturs frenó el auto en medio del puente y no dijo nada, me dejó mirando en silencio por la ventana y yo pensaba "no puedo creer que esto está acá todos los días, es la ciudad donde vivimos." Entonces le dije "no puedo creer que esto está acá todos los días". A veces me olvido que esta es la ciudad del Parlamento, del paseo de la reina por el Thamesis... Uno se apropia tanto del lugar donde vive, que olvida lo inherente a ese lugar. De alguna forma la ciudad donde vive Sofia, es una, inexplicable, única, pero es Londres también. Y puedo volver ahora viendo desde este puente cómo lo veía desde mis ideas adolescentes de venirme para acá algún día. Pero veo el Big Ben, y está ahí, cada mañana que me levanto puedo tomarme el colectivo y estaría ahí, mirándolo en media hora. Y no significa nada para mí. Solo que estoy acá. Ahora.
Pasé miles de veces por ahí, y nunca había tenido esta sensación tan fuerte, reveladora. Sentía que Arturs sin querer había reconocido el momento perfecto para que yo viera esto, y pensara en esto. Me preguntó si quería salir del auto y le dije que sí sin hablar. Se que no necesitaba explicarle nada, que él observaba a su alrededor y sentía exactamente lo mismo.
Entonces en ese momento perfecto no pude ni quise evitar que me besara.


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