Casi 3 semanas pero todavía no... No lo puedo creer. Realmente el verano, el calor de Palermo, el mate a la mañana con mi hermano, tocarle el timbre a Facu, todo parece haber pasado hace meses.
Creo que puse un punto final donde todavía no había terminado la frase.
Qué son estas metáforas? algo del lenguaje de Bizzio se me impregna en el inconsciente infantil que me acompaña desde que leí "Eramos unos Niños".
Pero lo cierto es que intento reflexiones maduras acerca del tiempo y del futuro y de la edad. Pienso en mi trabajo, en mis proyectos, en mis relaciones, ay dios mío pasaron tantas cosas en 3 semanas que ya no puedo ni contar las que pasaron en ese mes de invierno interrumpido.
Trato de mantener presente la charla que tuve con Ceci a principio de este año.
Ese día en que nos convencimos entre nosotras que éste sería nuestro año. Que éste, ésta vez, íbamos a apretar con todo por nuestros sueños.
Solo una pequeña descripción de mi amiga para la posteridad (pensamientos que me surgen mientras camino en los pasadizos del subte entre la gente apurada y los turistas panchos que parecen haberse olvidado lo que es estar apurado) "ella me escucha cuando escribo".
Hoy es su día. No su día por que cumpla años (no, no cumple hoy) ni el día de su nombre, ni nada tan trivial como esas celebraciones. Hoy es SU día, con todas las (pocas)letras, por la importancia del arte en su vida, hoy su nombre CECILIA FERRARO (con todas las letras) está en un pizarrón en la vereda en una calle del barrio de Islington en Londres, invitando a la gente a que entre y aprecie sus obras de arte.
Ay amiga cuánto me alegra no habernos equivocado ese día en que charlábamos y tomábamos té, que nosotras podemos.
Hace unos días estaba en Shepherd's Bush con Patrick, esperando que empezara el show de Sharon Van Etten. Estábamos sentados en unas de las primeras filas del tercer piso. Alto y lejos del escenario, se veía el teatro completo, con sus hermosos balcones, cortinas de terciopelo rojo, cabezas por todos lados (como pequeñas montañas azules) había dicho el chico de la banda soporte, antes de cantar una canción que se llamaba "Blue Mountain". No me gustaba la banda soporte, me aburría, y mientras, tomábamos una cerveza en vasos de plástico agarrados de la mano y de las rodillas.
El show empezó con "Afraid of Nothing", si Patrick esperaba verme llorar me hubiera tenido que mirar en esos primeros segundos.
Después, no sé por qué, estuve muy callada toda la noche, casi ni canté ninguna canción, tal vez estar tan lejos me desconectaba, pero sonaba increíble desde ahí, y la voz de Sharon me volvió a impresionar. Pero nada, lo que quería decir es que después de eso me surgió explicarle a Patrick mi silencio, y pensé que vengo de tan lejos, y que elijo estar acá. Que estoy acá porque quiero. Y pueden sonar solo a algunas palabras sin peso, pero Dios cómo pesa. Vengo de tan lejos, y estoy acá porque quiero. Podría elegir cualquier otro lugar, porque sí, si necesitara cambiar lo haría. Lo haría sin miedo. Seré un poco miedosa, insegura, tímida (aunque digan que no) pero miedo al cambio no le tengo.
Muchas cosas me lo recuerdan todos los días.
Como los pétalos que se desprenden de los cerezos con el viento, o la luz de las velitas esa noche la primera vez que ví tu terraza en tu santuario en Clapton.
Tengo pequeños sueños. Todos se instalan en Stoke Newington. Y se escriben en mi espejo mágico.
Ya pagué el alquiler, y la oyster, y tengo entradas otra vez, (ay sí otra vez) para el Glastonbury.
Y puedo escribir, en español, en inglés, en prosa, en verso, en Courier 12 y todo eso, todo lo que quiero.
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