Recent Posts

sábado, 17 de mayo de 2014

Sabado que se siente como sabado. Tengo que ir a trabajar a las 4 de la tarde pero todo me lleva a estar sentada en el sillon sin hacer nada. Ojeando algunas revistas de decoracion y mandando mensajes por whatsapp. Luis esta dando vueltas haciendo una lista de compras pero le cuesta mucho arrancar, salir a comprar.
Preparé unos mates, y nos quedamos charlando unas 3 horas. De la vida, de sexo, de relaciones, de Londres. Me hubiera quedado ahí todo el día charlando con él. Luis acababa de limpiar toda la casa el día anterior y nuestro depto estaba más lindo que nunca. Con un sol radiante entrando por la mejor ventana de todo el mundo.
Tuve que ir un poco más temprano a Quags porque los chicos del bar me pidieron que les sacara una foto a todos, ya que era el último día de Iannis. Al final cuando llegué estaban muy ocupados así que dejé la foto para más tarde, cuando ya no estuviéramos trabajando y más relajados.
En un momento de la noche cuando todavía no estabamos muy a las corridas, Iannis me dijo que si tengo algunos días libres me vaya a Roma a visitarlo (se va a trabajar ahí por un tiempo). Me dijo que los pasajes no eran caros y me podía quedar en su casa, y en el bar donde trabaja podemos tomar gratis cuando queramos. Y yo lo penspe, y dije "claro! puedo ir a Roma un par de día cuando cierre Quaglino's y yo esté de vacaciones" y en serio quisiera ir a visitarlo, y me parece hermosamente genial que ahora de golpe tengo esas opciones. No solo la opción real de viajar, sino también de tener amigos por todas partes de mundo. Como al otro día le explicaría a mi hermana en el colectivo: no es solo gente a la que nozco y podría ir a visitar, sino es gente con la que conviviría en cualquier momento de mi vida, por un tiempo. Las amistades que se generan acá son así, son para siempre, para cuando sea que esas dos personas se vuelvan a cruzar, y vivirían juntas en la misma casa sin dudarlo un segundo, cuando la oportunidad se diera. No necesito más excusas para ir a Roma, smplemente puedo, puedo comprarme un pasaje de 20 libras e ir a visitar a mi amigo un par de días.
Aunque conozco gente en Argentina que tal vez tiene familia o casa en la costa por ejemplo, no pienso en cualquier momento me puedo ir a Mar del Plata y sé que me quedo gratis en la casa de "tal". Pero ahora, hasta la mamá de Salli (con la que compartí una cena) dijo que cuando quiera ir a Australia puedo ir a su casa. Y se que cuando Salli vuelva, voy a ir a visitarla alguna vez, y ella me va a mostrar sus lugares preferidos, los que disfruta todos los días de su vida allá. Y voy a volver a mi casa, y después planearé otra visita a otro amigo que esté por el mundo. Y de golpe el mundo es algo pequeño comparado con lo que era hace 10 meses. Pequeño y accesible, las pueras abiertas de par en par como ventanales de una casa a orillas del mar en verano.

Después de la jornada laboral, a medida que fuimos terminando nuestros turnos nos fuimos encontrando por ahí, antes de volver todos a Quaglino's cuando cerrara. Primero Peter, Anais, Maija y yo fuimos a Green Park, que queda a 2 minutos del restaurant. Como no queríamos gastar mucho, Peter sacó 4 cervezas de la barra y las puso en su mochila. Era la primer noche del año en Londres en que no hacía frío. El parque olía a árboles y el pasto estaba húmedo. Nos sentamos en un banco, puse un poco de música en mi celular y abrimos las cervezas. Después de una hora  nos empezamos a preguntar dónde estaban los demás, así que fuimos a buscarlos. Pasamos por The Clarence y nos encontramos con Salli y Alessio. Kaspars me había llamado y yo no atendí. También lo llamo a Peter, pero cuando intetamos devolver la llamada, no nos pudimos comunicar. Entonces volvimos a Quags para tantear el panorama, no sabíamos exactamento cuánto más tiempo teníamos que hacer antes de volver. Entré y fui directamente al bar. Todavía había gente, incluso cenando. Era una noche bastate movida y la gente se quedó hasta tarde. Kaspars solamente quería pasarnos el número de Agne, que ya había terminado, así que me lo anotó en un papelito, y me fui. Todavía teníamos que esperar 1 hora más aproximadamente, así que el siguiente destino fue el obvio de siempre. Empire Casino. El único lugar de Mayfair que permanece abierto las 24 horas. Ese y los demás casinos de la zona.
Nos pedimos algunos tragos, y Alessio ordenó papas fritas para todos. Sacamos algunas fotos, nos encontramos ahí con Agne, hablamos de cosas serias (Maija me interrogó de forma neutral acerca de qué está pasando con Arturs) y después volvimos a Quags. La gente que cerraba ya estaba sentada tomando cerveza, todos vestidos con su propia ropa (algo que siempre es llamativo ya que trabajamos con uniformes). En esos momentos es como si una careta desapareciera, y nos vemos entre nosotros como realmente somos. Algo sutil, pero es lindo. Todos son más bellos e interesantes en su propia ropa.
 Iannis quería sacar varias fotos para llevarse de recuerdo y yo estaba ahí, como siempre, para dar ese servicio. Lo voy a extrañar la verdad, y me hubiera gustado compartir más tiempo con él mientras estuvo viviendo acá.
Después de media hora la joda en Quags se terminó. Los managers nos pidieron que nos vayamos retirando, porque querían cerrar el edificio, así que nos tuvimos que ir a otro lado. Y cual era la siguiente opción? otro Casino. Este no me gusta mucho. Te dan una credencial la primera vez que vas y para entrar tenés que mostrarla. No entiendo como todos tenían su credencial encima esa noche. Obviamente yo no. Habia ido una vez antes, y que se yo, mi credencial está tirada en casa en algún lado, pero no la tengo encima en la billetera todos los días de mi vida "por si tengo que ir al casino esa noche"...
Tuve que hacer todo el procedimiento de vuelta. Te sacan la fotito, te piden tu dirección etc. "Ya estuviste acá antes" me dijo el tipo que me estaba registrando. Dije que sí, y me dijo "pasá".
Sonaba buena música en el Casino, lo cual me sorprendió. Kaspars me invitó una cerveza. Tiene los ojos celestes transparentes y las pestañas cortas y claritas. Me gusta un poco. Tiene algo triste y extremadamente alegre. Como esa gente que intenta con todas sus fuerzas ser felíz, pero aún no lo es, pero no deja de buscarlo. A veces me saca a bailar y juega un poco a seducirme. Y cada vez que me saluda aprovecha para agarrarme de la cintura. Pero siempre tiene algo de culpa cuando se acerca a mí.
Nos divertimos mucho, como siempre que salimos entre todos. La noche pasa rápidamente y en un segundo ya amanece afuera, y nosotros a las 6 de la mañana todavía en el Casino.

0 comentarios:

Publicar un comentario