Recent Posts

lunes, 17 de noviembre de 2014

Me subí al colectivo y me senté del lado de la fría ventanilla. Con las dos manos sobre mis piernas noté que tengo los dedos distintos "los dedos son más finos cuando hace frío" me dijo alguien alguna vez. Tenía la piel helada y resbaladiza. Miré por la ventana durante todo el viaje a Camden sin volver a pensar en mis dedos.
Después de almorzar con mi nuevo amigo (quien conoce de mí poco más que mi nombre de pila y mis gustos musicales) fuimos a caminar bordeando el canal. No había nadie cerca del agua salvo por algunos ciclistas que cruzaban debajo del puente sonando su campanita haciéndose paso entre posibles peatones despistados. Yo hablaba como aprendí a hablar con extraños. Mucho, rápido, moviendo las manos (o hablo así con todo el mundo?). Entonces mientras gesticulaba vi volar mi anillo de plata del rayo de Patti, desde mi dedo al suelo y rodar al agua. En mi cabeza la imagen en cámara lenta, como si en una milésima de segundo anterior me hubiera enterado que mi anillo estaría en breve bajo el agua. Solo pude frenar en seco y decir en voz alta "no-no-no-no" tapándome la cara con las manos sin lograr frenar el paso del total de las lágrimas. El pobre chico no entendía nada. "What was that?" Preguntó. Y yo entre puteadas en castellano pude solo pronunciar un lloroso "a ring".
"Did that ring mean a lot to you?"
"Yes".

Me reí, lloré un poco más, el mundo me dejó de importar por un segundo. Había un error de cálculo en el Universo. Yo ya no tenía más mi anillo. No podía ser verdad. En mi confusión, ni el inglés ni el español tenían sentido. No podía hablar ni escuchar. Solo desear que el tiempo retrocediera unos minutos. Unos minutos nada más.
Dejé mis cosas en el piso y me acerqué al agua. Todavía se podía ver el anillo en el fondo. El canal era mucho menos profundo de lo que esperaba, y el agua mucho más clara. "Si todavía lo puedo ver no me puedo ir sin mi anillo", pensé.
Le pedí a mi amigo que me ayudara a buscar algo largo con lo que pudiera alcanzarlo y tal vez empujarlo hacia la orilla, pero no encontramos nada a nuestro alrededor y yo estaba segura de que era una mala idea. Si el suelo en el fondo era blando, corría el peligro de enterrarlo. Intentamos sacarlo utilizando un paraguas como pala, pero no llegaba hasta el fondo aunque estuviera acostada en la orilla con mi brazo estirado al máximo. Podía ver que la arena iba tapando lentamente el rayo de plata mientras aumentaba el viento. A veces las pequeñas olas no me dejaban ver. No tenía mucho tiempo. Al menos la decisión de rescatarlo ya la había tomado. Pero aún no encontraba cómo... Ambos intentamos meter el brazo en el agua para tener una noción de la profundidad, pero ninguno de los dos tocó el fondo.
Antes de caminar por el canal habíamos ido a la exposición de Kevin Cummins "assassinated beauty" de la cual me compré el poster promocional a £3. Después de que yo repitiera que la única manera de sacar el anillo del río era que me metiera yo misma, mi amigo me tiró la idea de medir la profundidad con el póster enrollado. Cuando hicimos eso llegamos a la conclusión de que el agua me llegaría a la cintura. No lo pensé mucho más. Me saqué los zapatos, el tapado, el sweater y mis shorts de jean. Todavía llevaba las medias negras y una remera que estiré hasta que fuera casi un vestido. Le pedí a mi amigo que me ayudara a entrar en el agua, que me sostuviera desde la orilla por si me hundía en el suelo. Me acerqué lo más que pude pero la arena era tan blanda que sabía que no podía soltarme del todo. Debía, en un solo intento, inclinarme dentro del agua y agarrar el anillo. No podía fallar. Hacía frío y era peligroso. Creo que cerré los ojos. Porque recuerdo en negro el movimiento, meter el brazo hasta el fondo y tomar un puñado de barro, desplomar mi mano en el asfalto al lado de los pies de mi amigo, el rayo clavandose en la palma de mi mano cuando tocó tierra ceca. "I got it" dije y mi amigo me empujó hacia arriba ayudándome a salir del agua. Mis pies estaban embarrados y yo estaba empapada hasta el pecho.
"You are brave" me dijo mientras un charco de agua se formaba bajo mis pies. Me puse el tapado sobre la ropa mojada y caminé descalza hasta la calle. Entramos en la estación King's Cross donde pude comprar nuevas medias en una farmacia y cambiarme. En un baño público me sequé las piernas llenas de barro y me puse las medias nuevas. Metí la remera mojada en una bolsa y me puse el sweater. El tacto de la piel helada con la lana tibia y seca. De esos pocos placeres por lo que vale la pena pasar frío. Yo no podía dejar de sonreír.

"Now you have to tell me the story of the ring" me dijo

0 comentarios:

Publicar un comentario