Nico y yo teníamos libre el Martes y decidimos irnos a Brighton por el día. Queda a unas 2 horas y media de Londres en micro. Es el destino más popular entre los jóvenes para ir a la playa rápida y económicamente. En vez de arena hay piedras y el agua del mar es fría. Está lleno de gente de todas las edades, viejos leyendo el diario mientras toman sol, familias llevando a los niños a que jueguen en las atracciones del puerto, y jóvenes que después coparán la noche en las calles de los bares y boliches. (Mar del Plata?) Algo así...
Nos tuvimos que tomar un micro hasta el aeropuerto de Gatwick y después otro hasta Brighton. El viaje en total nos costó algo así como 12 libras. Nunca me había molestado en buscar fotos de Brighton. Lo único que conocía de la costa británica es la mini ciudad de Worthing, a la que fui un día con Arturs, y todo el mundo se encargó de dejarme en claro que es un destino para viejos.
Brighton es parecida a Worthing. Tiene esa estética de los '50. El muelle de madera blanca y las luces de feria adornando un cartel gigante que anuncia el nombre de la ciudad. Pero Brighton es más Coney Island que Worthing. Tiene una vuelta al mundo mirando al mar, y otros juegos sobre el puerto. Una montaña rusa e incluso un Hotel del Terror. Las gaviotas custodian la orilla y sobrevuelan las cabezas de la gente. El sol pega fuerte. Parecía Buenos Aires por momentos. Porque las calles son de asfalto y todo el tiempo hay autos, no es como un pueblo chiquito de la costa. Es una ciudad con mar. Vintage :p
Inmediatamente nos dimos cuenta que Brighton es un lindo lugar para ir de compras. Todo tipo de artesanías (como no puede faltar en una feria costera), locales de diseño, y muchas cosas indias, budistas y africanas. No entendimos el mambo de Brighton en ese sentido...
Algo que nos llamó mucho la atención fue que estaba toda la ciudad revolucionada por el mes del orgullo gay. Hasta las inmobiliarias tenían colgada la bandera de los 6 colores sobre sus carteles donde anunciaban departamentos (?). Locales específicos de golosinas decorados con cortinas multicolores y viejos adentro mirando cada producto y criticando "esto no se puede creer..." como si hubieramos llegado a un punto de desubique total...
Uno de los chicos con los que empecé a trabajar en el nuevo restaurant, cuando le dije que iba a Brighton me dijo que era una ciudad para gays... Nunca lo había escuchado, pero bueno.. se ve que sabía de lo que hablaba.
Nos tomamos un tiempo para caminar por ahí, sin apuro, mirando cada cosita linda que vendían e incluso fuimos a conocer la chocolatería que Moni insistió que quería una foto porque la ve siempre en no se qué programa. También conseguí un encendedor para Facu con el nombre de la ciudad. Entramos en un local de ropa de diseño, que tenía un café adentro y una biblioteca de donde podías agarrar libros y llevartelos. Al lado del pizarrón donde decía los precios de los tés y cafés que vendía, había otro que en letras blancas grandes, se leía "free books". Nos llevamos un librito de poesía irlandesa, y la autobiografía de Shaun Ryder. El libro se llama "Twisting my Melon" (no olvidar que fue gratis). Vimos el pub más enorme que vi desde que vinimos a Inglaterra, "The King & Queen", data de 1820. Fucking gigante. Estuvimos tirando ideas para la película que estoy escribiendo. Hay una parte que transcurre en Brighton, así que el día sirvió para ver lugares personalmente, estar ahí, caminar esas calles, sentir el aire de la playa. Y se nos ocurrió, que debería ser invierno. Sí, Invierno en Brighton. =)
Almorzamos en uno de los pocos lugares que quedaban abiertos a eso de las 4 de la tarde. Nos comimos un super full english breakfast y casi nos morimos cuando quisimos volver a arrancar. Daba para la siesta...
Fuimos a buscar un bar donde sabíamos que tocaba Joanna Gruesome, y ahí la experiencia en Brighton se volvió inesperadamente única.
"En el bar hacía más calor que afuera en la playa. Por alguna razón me sentía como en una de esas escenas en 24 hour party people sobre el recital de sex pistols. Todos estaban acá. Ese tipo cripi que vi varias veces desde el concierto íntimo de Sharon Van Etten, el baterista y el cantante de la banda que tocó antes de Los Campesinos, la tecladista de The Pain of Being Pure at Heart que vimos en vivo hace un par de semanas, y los integrantes de la primer banda que vimos cuando llegamos a Londres, "The Art Club". Estamos en otra ciudad, y por esas casualidades de la vida, todos vinimos a un viejo pub de Brighton a ver dos o tres bandas feministas con pésimo sonido y mucha actitud. Pensé en mi misma a los 12 años. Una de esas primeras veces que levanté los brazos entre la gente y sentí la brisa en las muñecas, el aire más aliviante de mi vida, cerré los ojos y le pedí al Universo que eso no terminara nunca. Y así estoy, y pienso, que vengo haciendo esto toda mi vida." Nico salió del bar y me encontró escribiendo y llorando, sentada en los bancos del patio. Y le dije algo como: "yo estaba segura, no quería que eso se acabara nunca. Y ahora no lo vivo exactamente de la misma forma, pero es mi vida, no dejo jamás de disfrutarlo y de entender lo hermoso que es esto. Cuando empecé a ir a recitales cuando era chica, iba porque si, porque era a lo que me llevaba el viento, porque iba a ver a mi novio ensayar con sus amigos, o tocar en un bar de mala muerte en Buenos Aires. Y... ahora, esto, lo elijo con el alma, pero es como si de alguna forma, en esos momentos, lo sabía, siempre lo supe, que era importante."
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